OPINIÓN | Las “D” que distorsionan la democracia en la era digital
Por Elaine Ford*
Diversos estudios e índices globales publicados recientemente nos revelan el escenario complejo por el que atraviesan las democracias. En la última década se ha registrado un declive respecto de la satisfacción de la ciudadanía hacia este modelo de gobierno. Los líderes, las instituciones; así como las problemáticas y la ineficiente forma de resolverlas han jugado en contra todo este tiempo y han agudizado esta percepción.
El Barómetro de las Américas 2021 (1), aplicado a 22 países, nos demuestra que la mayoría de los países no están satisfechos con la democracia. Solo seis países superan una satisfacción por encima del 50%, liderado por Uruguay que goza un 82%. El punto más bajo lo tiene Haití con apenas un 11%. Estos resultados se complementan con otros estudios realizados donde ya se advertían estos reveses y revelaban las debilidades y carencias que afectan la calidad de las democracias.
La era digital también presenta nuevos riesgos que inciden directamente en la estabilidad democrática. Desde luego, no es la causa del problema, pero sí contribuye a esta crisis que se enfrenta en la actualidad. Sabemos ya de las grandes virtudes que nos ofrece Internet y las tecnologías digitales para el pleno ejercicio de las libertades y derechos individuales y su gran potencial para el progreso de los Estados y sus poblaciones. Sin embargo, como todo en la vida, hay un lado no tan prominente.
Por medio de este artículo, he logrado identificar una serie de situaciones adversas, muchas de ellas ya existentes, pero que se han exacerbado en estos tiempos digitales, haciendo más drástico su impacto y más complejo la forma de hacerles frente.
A continuación, les presento las seis D (6D) que, desde mi perspectiva, constituyen problemas preexistentes que se agudizan en la era digital actual y que distorsionan el desarrollo pleno de las democracias, debido a que: a) socavan sus cimientos, b) afectan los núcleos sociales, c) vulneran los principios de civismo y valores, d) deslegitiman a las autoridades e instituciones, e) ponen en riesgo a las poblaciones, entre otros aspectos. Estas 6D son las siguientes:
1. Desafección: En aquellos países que han experimentado procesos electorales en el último tiempo, se ha podido apreciar una misma tendencia: la desafección ciudadana hacia los partidos políticos tradicionales. En muchos países el centro político se desvaneció y surgieron fuerzas extremistas, tanto de izquierda como de derecha, que gozaron de mayor popularidad focalizadas en la imagen del líder; siendo esto la base para el surgimiento de nuevos populismos.
Estos nuevos líderes desafían el status quo. También son abanderados de la Web 2.0 y de los espacios online para llevar discursos con narrativas que apelan a lo “políticamente incorrecto" a fin de conseguir más seguidores y votantes. La polarización online es una consecuencia de ello: los extremos que se enfrentan sin capacidad al diálogo ni deliberación. La desafección ciudadana hacia la clase política tradicional y, consecuentemente, hacia la democracia son aspectos que deben revertirse. El accionar de los actores políticos es crucial en la esfera digital, pero empleando sabiamente estas herramientas para acercarse a la ciudadanía, buscando formas de colaboración y cocreación.
2. Desconfianza: Esto es un gran problema que se agudiza cada día más. Encuestas nos demuestran la baja confianza ciudadana hacia los líderes políticos, partidos e instituciones. Pero, a su vez, también hay gran desconfianza interpersonal, es decir, entre las personas. Según Ipsos (2) solo el 17% de peruanos conectados considera que se puede confiar en la mayoría de la gente. En 2020 América Latina y el Caribe manifestó niveles bajos de confianza institucional (la confianza en el gobierno nacional, el sistema judicial, la transparencia de las elecciones y los militares), siendo los más bajos que en el resto del mundo. La confianza apenas superó el 40% según la Encuesta Mundial Gallup (3) que figura en un reciente Informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La confianza debe fortalecerse a través de información veraz, de mayor transparencia y rendición de cuentas, facilitando mecanismos de participación ciudadana, generando más espacios cívicos; porque ésta es la base de la convivencia y de la evolución de sociedades cohesionadas. Internet es una herramienta poderosa para generar confianza y es necesario avanzar hacia esa dirección y no del lado opuesto.
3. Desinformación: La desinformación online es quizás uno de los principales problemas en la actualidad a nivel global. Usualmente ha sido más utilizada en contextos electorales con el propósito de desacreditar al adversario político o manipular a la población. Sin embargo, durante la pandemia por COVID-19 también se ha vivido un estado de desinfodemia alarmante, afectando así la salud y la seguridad de las personas. La desinformación en la era digital constituye un serio problema, pues son las redes sociales las que facilitan la viralización de sus contenidos. Son las propias características de las redes las que permiten que la información falsa fluya a un amplio alcance, con gran rapidez, llegando a audiencias segmentadas y a cero costo. Pero, adicionalmente, la desinformación no actúa sola. Es decir, en el ámbito digital suele estar acompañada de noticias falsas, bots automatizados, uso de hashtags, cuentas anónimas quienes comparten y retuitean sin límites. Las fotos trucadas, videos, memes, audios son también componentes de este afán por desinformar.
Hay que tener claro que la desinformación online solo obedece a intereses políticos o comerciales y busca persuadir a la población a través de miedo, angustia e incertidumbre, bloqueando su capacidad de raciocinio o juicio crítico. Las consecuencias son terribles, generando principalmente gran desconfianza y agudizando la polarización. Lo preocupante de esto es que la solución no es rápida ni de corto plazo. Por tanto, la mejor forma de atender esta problemática es actuando desde diversos frentes, como ya se han visto severas respuestas. Considero que estos frentes son: i) la sociedad civil y ciudadanía, ii) las corporaciones de tecnología o Big Tech, iii) el periodismo y los fact-checkers, iv) los gobiernos y v) el multilateralismo y la cooperación digital.
4. Discursos de odio: En la era digital los hate speech o discursos de odio son otra gran causa de preocupación, porque socavan los principios básicos de toda sociedad democrática que son el respeto y la tolerancia. La agresión, el clima hostil es recurrente en contextos electorales donde se da una hiperpolarización entre los distintos actores políticos y sus seguidores, que fomentan el odio a través de sus narrativas. En procesos electorales recientes se ha visto el uso de hashtags ofensivos que dominan la deliberación en las redes sociales. Los espacios digitales se convierten en campos de batalla, donde no hay autorregulación por ningún lado.
De igual forma, los discursos de odio también se orientan hacia poblaciones vulnerables, grupos minoritarios, mujeres, comunidad LGTBIQ+ quienes también se ven frecuentemente hostigados con mensajes ofensivos o amenazas de diversa índole. Esto constituye un problema serio pues denigra al ser humano y afecta su integridad. Las cuentas falsas o anónimas también exacerban esta situación, porque son la carta blanca para decir simplemente lo que les plazca sin límites, con contenidos engañosos, difamaciones y cuanta retórica deseen añadirle. Se han visto distintas respuestas para la advertencia y moderación de contenidos, lo que muchas veces ha despertado la molestia en los usuarios digitales, quienes lo consideran una forma de censura. Sin embargo, se debe avanzar más para evitar este tipo de acciones que no conducen a una convivencia respetuosa, todo lo contrario, fracturan más los espacios democráticos, sembrando un germen de odio y rencor que puede ser difícil de sanar.
5. Discriminación: En pleno siglo XXI la discriminación continúa siendo un problema latente. En la deliberación online se aprecia la tendencia hacia la construcción de los filtros burbujas o la tribalización, que significa interactuar solo con aquellos que piensan igual o parecido, anulando toda opción a posiciones diversas o disruptivas. Se percibe poca tolerancia y mucho narcisismo entre los tuiteros o nuevos influencers políticos quienes consideran su verdad absoluta, muchas veces por la amplia tropa de bots que validan el contenido a través de un like.
También se observa con gran preocupación que las mujeres y niñas son víctimas del acoso digital, lo cual atenta contra sus derechos, su dignidad e impide su empoderamiento. Su integridad se ve afectada por diferentes prácticas que se ejercen en la red, entre ellas: el ciberacoso, sextortion, grooming, phishing y cracking, que lamentablemente cada vez se dan con más frecuencia. Esta tendencia también se extiende al plano político, donde muchas veces las candidatas o lideresas son sujetas a todo tipo de violencia, agresiones y difamaciones lo cual apunta a restringir sus libertades y limitar su interacción en el espacio público.
6. Desigualdad: La desigualdad en la era digital está relacionada a la brecha que recae entre los conectados a Internet y los no conectados. En la actualidad la población global conectada es alrededor de un 62,5% que equivale a 4.950 millones de usuarios (4). Suelen ser las áreas urbanas las que gozan de mayor conectividad, mientras que las áreas rurales o lugares remotos se ven afectadas por la poca conexión y también por el bajo uso de equipos de tecnología. Esto de por sí, ya muestra la desigualdad en oportunidades para el desarrollo de las poblaciones. Y esto quedó totalmente evidenciado en tiempos de pandemia, cuando había la necesidad de estudiar, trabajar y hacer los quehaceres cotidianos vía online. Felizmente, se dan dado grandes esfuerzos para que más personas tengan acceso a los beneficios de Internet, pero aun hay una brecha pendiente que no se puede dejar de lado.
Asimismo, es importante mencionar que la desigualdad también se observa en la participación de mujeres en las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) a nivel de educación, formación y ámbito laboral. Y la desigualdad en tiempos digitales también hace referencia a las acciones por lograr mayor accesibilidad, pensando en las personas vulnerables, discapacitados y también en términos de idiomas y lenguas originarias. Todos y todas deben ser incluidos, incorporando su participación en esta revolución digital que avanza a pasos agigantados.
Las 6D descritas si bien son problemas que han existido con anterioridad, la evolución tecnológica actual los refuerza y agudiza, haciéndolos más difícil de controlar y generando, a su vez, otro tipo repercusiones. Lo preocupante es que, si no se atienden oportunamente, su impacto puede ir aumentando en desmedro de los sistemas democráticos y surgirán nuevos riesgos colaterales en la medida que la tecnología siga avanzando.
El desafío es inmenso, pero no perdamos de vista que Internet es una herramienta poderosa con un gran potencial para remediar estos difíciles escenarios. Es necesario comprender que, como toda herramienta, requiere de un manual de uso para lograr ciudadanos digitales responsables, líderes visionarios, actores comprometidos y así fomentar las buenas prácticas que permitan salvaguardar y fortalecer nuestras débiles democracias.
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* Elaine Ford promueve la Democracia Digital en Perú y Latinoamérica. Es directora fundadora de D&D Internacional - Democracia Digital, con sede en Lima, Perú. Fue presidente de Internet Society Perú (2016-2021) y es autora de diversos libros, entre ellos: “El reto de la democracia digital. Hacia una ciudadanía interconectada” (2019). @elaforde
(1) Informe “El pulso a la democracia”, el Barómetro de las Américas 2021de LAPOP.
https://www.vanderbilt.edu/lapop/ab2021/2021_LAPOP_AmericasBarometer_202...
(2) Ipsos Global Advisor “Interpersonal Trust Around the World”, 1 abril 2022. https://www.ipsos.com/es-pe/peru-es-el-segundo-pais-de-latinoamerica-don...
(3) Informe “Confianza. La clave de la cohesión social y el crecimiento en América Latina y el Caribe” del Banco Interamericano de Desarrollo, pg 53.
(4) Informe Marketing 4 eCommerce, 27 enero 2022. https://marketing4ecommerce.net/usuarios-de-internet-mundo/